Recuperando viejas costumbres, antiguos
sonidos.
Cuando era más joven nunca escuchaba las
noticias en el coche. Solo música. Luego algo cambió. No fue de pronto, sino
progresivo. Y por alguna oscura razón los informativos y los debates
radiofónicos acabaron desplazando a las canciones. Aunque seguramente la causa no
fuera más que el inevitable e implacable proceso de hacerse viejo.
Hasta que un día me harté. Empecé a cansarme de
las noticias y de las opiniones de los periodistas. El mundo entraba en un
proceso de cambio permanente, seguramente los nuevos tiempos exigían estar más
informado que nunca, pero la desoladora coyuntura económica y el cansino panorama
político me empujaron a querer desconectar, a volver la vista hacia el retrovisor, y recuperé mi vieja afición por las viejas canciones. Y la música volvió a inundar el
cubículo de mi coche.
Desde entonces, casi siempre sintonizo
emisoras que radian música de tiempos pasados, no sé si mejores, pero que al menos me resultan familiares. El otro día, en una de esas cadenas que se niegan a emitir
canciones que no sean mayores de edad, me sorprendió que pusieran un tema nuevo,
tan nuevo que el disco ni siquiera se había estrenado. Seguramente lo hicieron
porque el autor es un viejo rockero, uno de esos tipos cuya edad le coloca en
esa franja de edad que da derecho a la jubilación. Además, la canción sonaba a
lo de siempre, a lo que siempre ha hecho. Y me agradó comprobar que hay
ocasiones en que lo bueno no es innovar, sino seguir haciendo bien lo que se ha
hecho bien toda la vida, es decir, buenas canciones.
Para el que aún no sepa de quién hablo, me
apresuro a desvelarlo. El músico en cuestión es Mark Knopfler, y la canción (como
anticipa el título) es Beryl,
incluida en el recién presentado Tracker.
Beryl suena a años 80, a lo mejor de Dire Straits. El estribillo es fresco, alegre
y pegadizo, y la guitarra tiene un deje que me recuerda al sonido de la banda
sonora de La
Princesa Prometida.
Les animo a escucharlo. Beryl es sencillamente
espectacular. Y reconozco que, en estos tiempos en que hay que hacer verdaderos
esfuerzos por estar al día en cualquier asunto, fue agradable mirar al futuro
echando marcha atrás y recuperando antiguas costumbres. Como se dice por ahí: A
veces hay que dar un paso atrás para coger un nuevo impulso.
P.D.- Por cierto, la canción es un homenaje a la novelista inglesa Beryl Bainbridge.