martes, 30 de diciembre de 2014

Crónica de una muerte anunciada

La novela perfecta.

Aviso para los lectores: Si a partir de esta reseña se animan a leer Crónica de una muerte anunciada, debo anunciarles que encontrarán una novela perfecta.

No quería dejar pasar este año, el de la muerte de Gabriel García Márquez, sin leer una novela del genial escritor colombiano. En realidad no soy mitómano, ni persona de hacer homenajes, y, siendo sincero, no suelo prestar especial atención a los nacimientos y muertes de mis escritores favoritos, así que la muerte del Gabo no ha sido más que la excusa perfecta para disfrutar de nuevo de alguna de sus obras.

La escogida en esta ocasión ha sido Crónica de una muerte anunciada. Y tengo que reconocer que ha sido una elección acertada. En el prólogo de la edición que he leído, escrito por un tal Santiago Gamboa, se nos revela que el propio García Márquez encuadraba esta obra dentro del género de novela negra. Según palabras del propio escritor, «Lo que sucede es que yo no quise que el lector empezara por el final para ver si se cometía el crimen o no -continuó diciendo-, así que decidí ponerlo en la frase inicial del libro.» «De este modo agregó- la gente descansa de la intriga y puede dedicarse a leer con calma qué fine lo que pasó.»

Sublime. La mayoría de los escritores necesitamos insertar chispazos de intriga, crear frases sugerentes e inquietantes, tejer la ilusión de que al lector le espera un final sorprendente e inesperado. Sin embargo, García Márquez destripa el final de la novela en la primera frase. «El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.» Y poco después nos releva incluso quiénes son los asesinos —los hermanos Vicario— y el móvil del crimen —la honra—.

Hay que ser un gran escritor, y estar muy seguro de serlo, para cargarse toda la intriga en las primeras páginas y que, aún así, el lector permanezca con la comezón interior de querer devorar toda la novela en un rato. Gabriel García Márquez no solo lo logra, sino que lo borda.

Qué quieren que les diga. Crónica de una muerte anunciada me parece la novela perfecta. Desde el título —¿alguien sería capaz de decirme una novela con un título mejor?— hasta el final, pasando por su primera frase y por todas las demás. La novela tiene supuestamente cinco partes, aunque yo la he percibido como una historia sin capítulos, narrada de principio a fin, sin interrupciones. Aun así no es lineal, que hubiera sido lo fácil, sino que contiene un sinfín de saltos en el tiempo, de múltiples personajes diferentes puntos de vista, y que nos presenta a un narrador excepcional, al propio García Márquez, que varios años después del suceso que narra la novela recopila la información que sirve para conocer todos los detalles y a todos los involucrados (en realidad, todo el pueblo) en el anunciado crimen. A modo de crónica, como bien sugiere el título. Una novela a caballo entre la literatura y el periodismo. Una novela que, sin duda, debería analizarse en las escuelas de escritores. Porque si hay una novela bien escrita, coherente y sin fisuras, esta es Crónica de una muerte anunciada. Que la disfruten.